De Exclusividad
Quisiera, porque me puede y es
cierto, decir que hablare de su exclusividad en mi vida; pero pretendo ser más
amplio, y ver más allá de esas sus pupilas. Vomito como de costumbre, en forma
de palabras sin sentido, la bilis que la realidad en ocasiones me (re)produce. Porque
este mundo, hace mucho… no sé. El mundo y su gente, la gente que lo habita,
vosotros, nosotros, todos, necesitamos de esa melancólica (patética) sensación
de exclusividad; que curiosamente tiene y debe, para ser efectiva, ser
reconocida por los demás, y mientras mas, mejor. Pero: ¿Es mala la
exclusividad? ¿Está mal sentirse o querer ser exclusivo? …Como mucho, o casi
todo lo que nos concierne, supongo que depende. Sentirnos individuos exclusivos-reconocidos,
puede crear en nosotros una ficticia satisfacción que encuentra su fundamento y justificación solo en el lujo y los bienes
materiales. Ahora bien, puede que esto no te parezca malo, y uno se ampare en
la libertad, en el libre albedrío; pero no es cierto también, que al pretender
ser exclusivos, y de ahí viene la palabra, excluimos al resto!!?? Y esto atenta
contra la libertad de los demás. No critico el éxito monetario, no me preocupan
las riquezas de los demás, si se han logrado con esfuerzo y sin el desmedro de
otros; no pretendo hacer apología del comunismo caduco, pero me resulta un tanto
absurdo este mundo, ya no exclusivo, sino excluyente, que ensalza el egoísmo y hace
apología a un “aislamiento” antinatural; condenando la inclusión, aun
conociendo nuestra naturaleza social. Vale
mencionar también, amparado en el depende, nuestra exclusividad innata, la que
cada uno como individuo posee. Ser únicos e irrepetibles nos hace exclusivos también,
y será quizás que esta exclusividad, al no ser, ni exigir un reconocimiento
externo nos cuesta reconocerla como tal, o será quizás que para algunos, esta no
es suficiente. Apoyado y partiendo de esta exclusividad innata, pretendo ingenuamente
provocar con palabras que se frene la exclusión, que sometamos a critica nuestras
vidas cotidianas, que cada paso que se dé, se dé pensando en el siguiente… y en
el de los demás.
De vuelta al depende, aclaro que
no pretendía incluir en las palabras anteriores, la exclusividad en el amor (Octavio Paz); es más, admito desde el inicio esta característica
en el amor de pareja; aclarando que no nos referimos a una exclusividad
posesiva: de esa persona solo para mí, sino una a exclusividad inclusiva: de
entrega más que de posesión. Aun así, tal vez el amor, más que asociarse a la exclusividad, esté
más cerca de la obviedad; obviar al resto para poner toda mi atención en esa
única persona que se ama... Pero aun así, el resultado no cambiaría demasiado;
al final tal vez, el amor va ser un egoísmo de dos... (o de tres)
¿Por qué?, me preguntas
quejumbrosamente mientras apoyas tu cerveza, ¿Por qué piensas estas cosas?… Porque
se alarga el tiempo quizás, ese tiempo en el que no estoy contigo o pensando en
ti, se alarga y me tortura con la realidad; porque hay tarjetas black y cuentas
secreteas en Suiza, porque hay salones VIP y listas de espera, o porque mi
amigo ya no usa su Swatch y cambio Toyota por Mercedes… Y yo también, me pregunto
porque…!!??
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