lunes, 23 de marzo de 2015

Confesiones de fin de invierno



(…o de inicio de primavera)

Confieso que me fui cuando más me quería quedar, y varias veces miré hacia atrás sin temor a convertirme en sal.
Confieso que me gusta el frío pero siempre busco un sitio cálido para retozar. Confieso que hay noches que rezo pero proliferan días en los que creo claudica mi credo.
Ya dejé el cigarro pero fumo si te veo, y bebo mucho menos aunque sigue siendo demasiado.
Confieso que me confesé hace tanto que en verdad digo pasado. Confieso haber perdido algún amigo, pero hay otros que han sobrevivido en mí. Confieso que no esperaba verte partir así.
Fui yo el que llamó y no dijo nada, aun escucho canciones envenenadas.
Confieso que hay mujeres casadas que no saben dónde ir. Confieso que solo pasaba por ahí. Confieso que aunque diga “nunca más” siempre me vuelve a pasar.
He dormido veinte horas seguidas y solo siete te he soñado, las otras trece no me han importado.
Confieso que algo tuyo me queda aunque te vayas. Confieso, ya lo sabes, que odio tú trabajo y ¡Quédate!, porque verecundo confieso que a tu lado es distinto y puede ser.
Perdulario me confieso y confieso que detesto la distancia pero salgo cuando llueve, aun no te temo Muerte, pero no vengas por mi. Me gustaría que hoy me reclamaras: ¡Quédate a dormir…!

CC 

https://www.youtube.com/watch?v=ZFrEIJAztUE