jueves, 30 de abril de 2015

Ahora que...



(...no sabes cuánto)

Ahora que soy grande, por no decir mayor, ahora que me pesan como nunca tus momentos y se prolongan cruelmente las resacas.
Ahora que incipientemente níveas hebras pueblan mi cabello delatando el transito del tiempo, y se me escapan de las manos lánguidas muchachas que acaban con mis madrugadas.
Ahora que decido si me voy y me dejan decidir cuando me quedo. Ahora que no callo lo que pienso, ahora que puedo y pago el precio, tolero sin reproches los silencios que secundan mis palabras.
Ahora que los telediarios mienten como siempre, y siempre como nunca  antes una vida emprende en busca de la vida.
Ahora que el mar es un sepulcro y nos estremece hasta las lagrimas la tierra. Ahora que mi corazón sin dextrocardia palpita jubiloso en su sitio que es la izquierda, ahora que el sol calienta los tendidos y los sueños se consuman en el ruedo.
Ahora que no me desespero si tengo que esperarte, ahora que aun no sucumbo ante tus besos, ni desaíro tus abrazos ni imploro ante tu espalda.
Ahora que me recojo más temprano y el agur no duele demasiado, la aurora nos descubre separados después de dejar mi aliento en tu regazo.
Ahora que nadie me cuida y estoy solo echando de menos tú cabello, ahora que ardo lascivo desde adentro.
Ahora que la soledad es mi testigo mientras me transita con enjundia el desconsuelo. Ahora que el tiempo se detiene en tu mirada, reparo por fin en el misterio  y advierto que hablas sola y que te ansío: no sabes cuánto… 

CC

lunes, 23 de marzo de 2015

Confesiones de fin de invierno



(…o de inicio de primavera)

Confieso que me fui cuando más me quería quedar, y varias veces miré hacia atrás sin temor a convertirme en sal.
Confieso que me gusta el frío pero siempre busco un sitio cálido para retozar. Confieso que hay noches que rezo pero proliferan días en los que creo claudica mi credo.
Ya dejé el cigarro pero fumo si te veo, y bebo mucho menos aunque sigue siendo demasiado.
Confieso que me confesé hace tanto que en verdad digo pasado. Confieso haber perdido algún amigo, pero hay otros que han sobrevivido en mí. Confieso que no esperaba verte partir así.
Fui yo el que llamó y no dijo nada, aun escucho canciones envenenadas.
Confieso que hay mujeres casadas que no saben dónde ir. Confieso que solo pasaba por ahí. Confieso que aunque diga “nunca más” siempre me vuelve a pasar.
He dormido veinte horas seguidas y solo siete te he soñado, las otras trece no me han importado.
Confieso que algo tuyo me queda aunque te vayas. Confieso, ya lo sabes, que odio tú trabajo y ¡Quédate!, porque verecundo confieso que a tu lado es distinto y puede ser.
Perdulario me confieso y confieso que detesto la distancia pero salgo cuando llueve, aun no te temo Muerte, pero no vengas por mi. Me gustaría que hoy me reclamaras: ¡Quédate a dormir…!

CC 

https://www.youtube.com/watch?v=ZFrEIJAztUE 

sábado, 28 de febrero de 2015

Este mundo... no se (tres)




De Exclusividad

Quisiera, porque me puede y es cierto, decir que hablare de su exclusividad en mi vida; pero pretendo ser más amplio, y ver más allá de esas sus pupilas. Vomito como de costumbre, en forma de palabras sin sentido, la bilis que la realidad en ocasiones me (re)produce. Porque este mundo, hace mucho… no sé. El mundo y su gente, la gente que lo habita, vosotros, nosotros, todos, necesitamos de esa melancólica (patética) sensación de exclusividad; que curiosamente tiene y debe, para ser efectiva, ser reconocida por los demás, y mientras mas, mejor. Pero: ¿Es mala la exclusividad? ¿Está mal sentirse o querer ser exclusivo? …Como mucho, o casi todo lo que nos concierne, supongo que depende. Sentirnos individuos exclusivos-reconocidos, puede crear en nosotros una ficticia satisfacción que encuentra  su fundamento y  justificación solo en el lujo y los bienes materiales. Ahora bien, puede que esto no te parezca malo, y uno se ampare en la libertad, en el libre albedrío; pero no es cierto también, que al pretender ser exclusivos, y de ahí viene la palabra, excluimos al resto!!?? Y esto atenta contra la libertad de los demás. No critico el éxito monetario, no me preocupan las riquezas de los demás, si se han logrado con esfuerzo y sin el desmedro de otros; no pretendo hacer apología del comunismo caduco, pero me resulta un tanto absurdo este mundo, ya no exclusivo, sino excluyente, que ensalza el egoísmo y hace apología a un “aislamiento” antinatural; condenando la inclusión, aun conociendo nuestra naturaleza social. Vale mencionar también, amparado en el depende, nuestra exclusividad innata, la que cada uno como individuo posee. Ser únicos e irrepetibles nos hace exclusivos también, y será quizás que esta exclusividad, al no ser, ni exigir un reconocimiento externo nos cuesta reconocerla como tal, o será quizás que para algunos, esta no es suficiente. Apoyado y partiendo de esta exclusividad innata, pretendo ingenuamente provocar con palabras que se frene la exclusión, que sometamos a critica nuestras vidas cotidianas, que cada paso que se dé, se dé pensando en el siguiente… y en el de los demás.
De vuelta al depende, aclaro que no pretendía incluir en las palabras anteriores, la exclusividad  en el amor (Octavio Paz);  es más, admito desde el inicio esta característica en el amor de pareja; aclarando que no nos referimos a una exclusividad posesiva: de esa persona solo para mí, sino una a exclusividad inclusiva: de entrega más que de posesión. Aun así, tal vez el  amor, más que asociarse a la exclusividad, esté más cerca de la obviedad; obviar al resto para poner toda mi atención en esa única persona que se ama... Pero aun así, el resultado no cambiaría demasiado; al final tal vez, el amor va ser un egoísmo de dos... (o de tres)

¿Por qué?, me preguntas quejumbrosamente mientras apoyas tu cerveza, ¿Por qué piensas estas cosas?… Porque se alarga el tiempo quizás, ese tiempo en el que no estoy contigo o pensando en ti, se alarga y me tortura con la realidad; porque hay tarjetas black y cuentas secreteas en Suiza, porque hay salones VIP y listas de espera, o porque mi amigo ya no usa  su Swatch y cambio  Toyota por Mercedes… Y yo también, me pregunto porque…!!??