lunes, 26 de mayo de 2014

Crónicas europeas


(Breves)

El fin de semana no se alarga más de lo debido, dura lo que insuficientemente tiene que durar. Empieza de la mejor manera, y eso casi siempre se corresponde con la mejor compañía en La Riviera. La alegría del viernes por la noche, alargada hasta las primeras horas de un sábado que no vaticinaba desánimo, fue suficiente para mitigar, u opacar casi por completo la pena producida por la derrota en el campo (la cancha), mas no así en el corazón, que se hincha de orgullo Colchonero… Latido a latido. Domingo europeo de urnas electorales, que genera reflexiones tras resultados que hacen sonar las alarmas. Aun llama mi atención la escasa participación ciudadana; que no puedo más que interpretar como desinterés, ya no solo en la política sino en la vida democrática. El poeta VMI, en una de sus irreprochables reflexiones, comentaba que una abstención del 100% ocasionaría un verdadero cambio, y seria un reflejo real del (des)ánimo popular. Pero: ¿No es acaso esta romántica reflexión, un tanto utópica? Seamos honestos con nosotros mismos, por el bien nuestro y de los otros también. Los que votan, vienen votando desde que pueden y seguirán votando siempre que puedan (cada 4 años), y siempre votaran por el mismo partido por el que históricamente han votado; ya que es… y no tengo dudas… el que directa o indirectamente les da de comer. Así que, a la sombra de la insoportable realidad, el cambio está en manos del resto de votantes. De ustedes, ese 54% de abstenciones que saben las reglas de este juego “democrático”; y que saben también, que mientras no se cambien estas “reglas”, el juego lo seguirán ganando siempre los mismos… y eso si que es muy lamentable. La historia de la humanidad es larga, pero quizás no lo ha sido suficiente; y en este tiempo hemos podido comprobar que existen solo dos alternativas para hacer cambiar las cosas: en las trincheras o barricadas; o en las urnas con tu voto. Lo ideal sería que la segunda sea eficaz, anteceda y evite a la primera. Por eso critico las abstenciones dominicales, porque es ahora cuando el mundo necesita un cambio; para que cuando el cambio sea verdadero, tu derecho a decir “No voto”, no solo sea respetado, sino además tenido en cuenta. Es cierto, han pasado ya los comicios electorales, pero el mundo sigue girando y el tiempo inevitablemente hace lo que mejor sabe hacer, y tendremos nuevamente la oportunidad de decidir… de cambiar las cosas. Por otra parte (y esto tiene muchos puntos débiles), si votas: ¿No sentirías más justa tú protesta?
 
Lamento escasamente la tardanza de estas palabras, ya que soy exageradamente consciente del poco cambio de decisión, o motivación que puedo ocasionar. Pero lamento, y me asusta aun más, el inesperado triunfo del FN en Francia, y los escaños conseguidos en el parlamento europeo por los partidos de ultraderecha… Si esto sigue sin importarte, si crees férreamente que la abstención es la solución, si no coincides conmigo cuando digo que el silencio otorga… te invito a que me invites una cerveza, ahora que hace buen tiempo, para discutirlo tranquilamente en una terraza, antes que en una trinchera.
 
 
Vayamos pintados con sangre de los dos…