De Revocatoria
Había permanecido en silencio, por siniestras razones que
aceleran los latidos; escribiendo, escribiendo e-mails, escuchando canciones, observando
de reojo al mundo… (No se) Siempre se termina por salir del letargo, y salí
para quedarse estático, expectante y temeroso en Saint Patrick’s Day, con casi
todos mis sentidos atraídos hacia la tierra de Chabuca Granda ®,con tantas interrogantes
en mi cabeza. Con la idea clara de que el mundo gira por que tiene girar, y
parece que sus ocupantes viven porque tienen que vivir nomas… espero dejarme
entender… me quedo rumiando ese sabor amargo que trae le decepción; no por el
triunfo del NO a la revocatoria, que en realidad me sabe a victoria (escasas en
mi vida) Mas bien por el hecho en sí de fomentar una revocatoria, sin sentido aunque
hubiese ganado el si… ya no queda gente que piense, pensé, y los resultados han
hecho que me replantee mis pensamientos ¿No era obvio acaso la manipulación política
e intereses personales tras ella? ¿No se piensa en el gasto que todo este
proceso le generó al país, no solo a Lima? ¿Quién se beneficia realmente de
ello, los ciudadanos? Este resultado, NO quiero verlo como el triunfo de una
persona en particular: alguien que conozco personalmente, estimo y respeto.
Tampoco como la derrota de otros que pretenden suponer que el Perú es su chacra,
y se baila al son que ellos quieren tocar. Deseo verlo, y me cuesta, con mucho
optimismo, como un triunfo del cambio, del cambio de la ideología y pensamiento del nuevo ciudadano: peruviensis pensante…
En una sociedad, donde lo normal es que la clase política haga mal uso de los
recursos del estado; se plantea otra forma de gobernar, poniendo al descubierto
que se pueden hacer las cosas de un modo diferente, no digamos ya bien,
simplemente diferente a lo descaradamente errático, que era a lo que nos tenía
acostumbrados… esta forma “nueva” de hacer las cosas, resulta ofensiva para
algunos. NO digo que sea la mejor forma de hacerlo, como todo, tiene sus desaciertos; pero
quiero creer que en la tierra que más quiero las cosas pueden ser distintas,
mejores. Este domingo, aunque se siga demostrando que no sabemos votar a favor
de… si no en contra de… diré que pude dormir tranquilo, e ilusamente optimista.
Ahora bien, pasada la tormenta ¿Es correcto que un ciudadano,
despierte una mañana y sin argumento alguno se proponga revocar a alguien? ¿No
borda esta manera constitucional, de revocar a alguien democráticamente elegido,
lo absurdo? Me despierto un mañana, suena mi celular, mi compadre me explica los beneficios para ambos y me convence de que
debo iniciar una revocatoria contra “X” o “Y” político que está haciendo su
trabajo de forma normal, es decir a la que nos tienen acostumbrados. Voy a la
ONPE, pido unas fichas para recolectar firmas (400 mil nomas o 25% de la población en
cuestión) y ya está, sin razón o argumento alguno, inicio una revocatoria… así,
cualquiera. Del otro lado, en la península
de Cervantes, todo lo contrario, los políticos (basura inteligente) no pueden nunca ser revocados, la voluntad
popular no existe más que solo cada cuatro años (y parece ser que no se dan
cuenta); pueden conseguirse el 99% de firmas a favor de una revocatoria, y esta
no se haría efectiva jamás. Obvio, esto tampoco se puede permitir; no me queda aun
claro cuál de los dos sistemas es peor, lo absurdamente vivido en el Perú este
domingo que pasó, o lo que nunca pasará en España mientras no se cambie la ley
electoral… Revisar estas cuestiones me parece importante, buscar un punto de
equilibrio razonable, en el que se manifieste verdaderamente la voluntad mayoritaria
de la mayoría popular (Lo mejor para todos, y si no todos, para la mayoría).
¿¡Power
to the people!?
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