martes, 30 de septiembre de 2014

Génesis



¿¡Recuerdas el día en que creamos  el mundo!? Era efímero y caliente, no había nadie más que nosotros dos. Y no hubo nunca un cielo tan lleno de estrellas, todas reflejadas en tus pupilas. La luna rosa y sedienta, como una lengua viva, no quería ocultarse; hasta que un sol radiante salió de entre tu pelo, y un rio profundo entre tus piernas dio vida a tantas flores; flores multicolores, sobre las que reposamos extenuados, complacidos, dolidos en el paladar…

¿¡Recuerdas el día en que creamos el mundo!? No recuerdo un mundo más sencillo, ni más perfecto; incuestionable reminiscencia del paraíso. No hicieron falta siete días, ni ponerle nombre a las cosas. Bendecimos los cuerpos, comulgamos nuestra esencia, quintaesencia del amor. Como no había manzanas tuvimos que mordernos los labios; y el pecado original no fue pecado, simplemente original. Fue origen y fin, el fin de cualquier tiempo pasado…

Recuerda el día en que creamos juntos el mundo, mano sobre mano, labio sobre labio sobre tus labios; carentes de egoísmo, colmados de pasión. ¡Frenesí intempestivo! Fue solo cuestión de tiempo ese Big Bang dadivoso… tan solo un instante en la necesidad, para degustar la eternidad…

CC