Secretos del alma MIA

(Por encargo…
Mea culpa, culpa MIA por haber incitado e insistido en este juego casi macabro de ser o parecer lo que no se es, maestros de la pluma sin tintero, creadores de un sin propósito que no termina por cuajar… algunos hombres pretenden alejarse del pasado recorriendo kilómetros de distancia, cruzando océanos, escalando montañas, y sin pretender arrancarse la piel se la dejan por el camino cual migas de pan que marcan el retorno a nuestros lares.

Pretendemos ser encantadores, y nos (auto) distinguimos como discípulos de los auténticos creadores, si los hay. No hay hombre que no pague por sexo, ¿te has puesto a pensar? O por compañía, hasta el más clamoroso amor que pueda profesar una abnegada esposa tiene un precio, claro si lo quieres pagar… yo prefiero los abrazos a los besos, son más reales, más intensos, incluso más necesarios y en ocasiones el mejor obsequio (obsequio= regalo= gratis).

Contradictoriamente vivimos supeditados, cual mercenarios, a un sueldo tácitamente pactado y aceptado; algunos hombres no saben vivir de otra manera, yo conozco, a parte de un servidor, a tres de ellos, que se dejan la vida por una sonrisa, yo los he visto andar hasta quedar exhaustos en busca de esa mirada, pasarse noches en vela por una caricia… y así día tras día esa es su vida, ese es su precio, aunque en ocasiones no cobran la paga.

Me han dicho que te diga, como si no tuviese nada que decir, que hay momentos en los que alguien osa ponerse tu nombre en sus labios, entonces esos momentos se vuelven inoportunos, como inoportuna es la tristeza que se le apodera en esos mismos momentos; así pasan las horas, los días, los meses y los años que siguen pareciendo meses, días, ayer… cuando estabas y eras!!! Pero el tiempo cruel arrasa en todas sus dimensiones con todo, incluido el ardor, aun así ruego porque deje pavesas que resuciten las ganas nunca fenecidas de regarte las plantas de tus pies, tus pies… ese es mi precio.

Al lado de tus gigantes me siento más pequeño aun que la sombra que proyecta mi menuda anatomía; debería haber puesto los puntos tras los puntos en todo momento, o quizá no debí dejarte beber de mi cerveza, el mundo puede ser cruel como los labios de una mujer, que tropieza contigo en la escalera fingiendo casualidad… ¡Cuidado! me digo, ¡Cuidado! me dije, demasiado tarde… MIA es la gracia, y las ganas también!!!

CC

(Barajas, 16 de Agosto)