miércoles, 17 de abril de 2013

Bohemio



El bohemio se pudrió mucho antes del milenio…   acorralado por la vida moderna, arrinconado por estos inevitables tiempos de rabiosa actualidad. Cada vez hay menos espacio en este mundo para vagabundos y borrachines. Los soñadores, los amorosos, poco a poco, lentamente mutilados, separados de sus sedientas lenguas; sometidos a penosos trabajos, uno detrás de otro; fútiles tareas que, como Hércules, arduamente deben completar. Ahogados en su silencio, aferrados a una botella; una botella, último vestigio de rebeldía contra la razón, contra la mentira. Ya no se trata de hacer el bien, simplemente de no hacer daño, o hacer el menor daño… ¿¡Con eso debemos conformarnos!? El mundo ha cambiado, y no de la forma que esperábamos. Si hay que derramar alguna lágrima, que sea por los detalles, que nos atan como por un hilo a la cordura; las cosas importantes que hacen la diferencia: las chicas encantadoras que envejecieron, las ex novias que se casaron, la cerveza derramada sobre el mantel, la botella de güisqui vacía a media noche, la bandeja de entrada llena de desolación = cadenas absurdas o mails comerciales. Puede que me confundas con alguien que no soy, que no aparento ser; después de todo solo soy un ser humano, propenso en cada instante a hablar en vano. Me robaron el mes de abril, me dejaron varado en febrero; acosado por lúgubres madrugadas, en las que mi cama es una balsa de naufrago, desde la que no se avista Tarifa, o Miami, o su espalda…  

Si no soportas la carga, o te aburren los inconvenientes = el simple hecho de vivir è Siempre está la puerta de salida, bien señalizada: Exit, Exit, Exitus Letalis

CC 

https://www.youtube.com/watch?v=B8uJbE60hhg