Puesto ya en evidencia no vale la pena ocultarlo, callejear con gesto compungido mientras se disuelven en los rostros esas sonrisas de sal, las nubes te hacen creer que va empezar a llover (sobre mi), por cuenta propia dije que ¡Si, No quiero!, y ahora quiero empezar a correr… De pronósticos nada, para ello el parte meteorológico, ni pitonisas, ni adivinos, un poco de sensatez para nuestras vidas insensatas… Ya ves, me cuestan las segundas partes, aunque me puede más tu espalda… Ni reclamo, ni argumento, basta proclamar mi fracaso en el infierno, el ahogo del silencio que sucumbe ante un grito lastimosamente desesperado que aclama, no por segundas, ni nuevas partes, sino todo lo contrario… La evidente necesidad de nuevas normas vivenciales, las de antes, las de siempre… No dudes nunca de las dudas y los quizás, no recites al olvido tus plegarias, ni clames por una fatua felicidad, el amor puede llegar por la noche e irse antes de desayunar… No obvio tanto, casi nada, no obvio nada rezando tu espalda. No cuento los días, solo pierdo mis noches mientras enrumbas mis pesadillas… No pido explícitamente nada, solo proclamo, de la manera menos tácita posible, que cuesta vivir si te cansas de mí.
CC
Chamberí, en otros momentos (2011)