A raíz de resultados indeseados, surgen lamentables cavilaciones, la duda y el miedo nos invaden, y nos cuesta creer que de nuevo, una vez más, nos encontramos en una vieja posición; la de elegir entre lo menos peor.
La ingesta ligera de lúpulo, que no solo refresca esta calurosa primavera, incentiva la sinapsis neuronal y postula argumentos sencillos para tratar de encontrar una razón a estos aparentemente irrazonables resultados, que siguen dando vuelta en mi cabeza: El 34 % de los peruanos son pobres, el crecimiento económico del que nos sentimos orgullos, el milagro peruano, no ha llegado a este importante porcentaje; Ollanta Humala ha ganado con el 31 % de los votos validos, ende, haciendo el análisis más simple posible, producto de mi mas simple razonamiento al filo de una barra a la que me mantengo sujeto gracias a una pinta de Paulaner, deduzco que la impotencia y las ganas de un cambio próximo de este importante número de peruanos, han hecho posible este resultado, la injusta repartición de las riquezas generadas en los últimos 10 años es la responsable de este 31%; personas que ven en este personaje la oportunidad para dejar atrás una vida infrahumana, y tal vez y hasta tengan razón, pero ¿a que costo? Eso no lo sabremos más que en el futuro. Por otro lado, las opciones que impulsan o mejor dicho promovía la misma senda que nos ha traído hasta este punto de, repito, acelerado crecimiento económico con lenta disminución de la pobreza (chorreo), suman 43%; de este porcentaje que es mayoría y me incluyo en el, hay poco que decir, no es que seamos egoístas, sino que nos parece la vía mas segura, aunque lenta, para seguir avanzando en democracia y libertad, aunque es cierto y hay que reconocerlo, que no es justa para los que vienen detrás …. Hasta ahí entiendo los resultados, y entiendo la urgente necesidad de hacerse cargo de las necesidades urgentes de ese 34%; pero lo que no logro a comprender es ese otro 23% de la gente sin memoria, de la ignorancia pura o ignorancia por ignorancia, que me retuerce las tripas, me desquicia, me avergüenza… diez años, y muchas lagrimas y vidas, nos costó recuperar la democracia; aun nos cuesta sacudirnos de lo que queda de la corrupción que heredamos de Fujimori, ese 23% mas el supuesto 14% que se suma, según encuestadoras, es un atentado a la memoria, olvidarse de la historia, de nuestro peor pasado reciente; estaríamos reivindicando y premiando la corrupción y a una dictadura, con la consecuente violación de DDHH… no sé lo que pueda hacer Humala, es una interrogante que no se termina por aclarar, pero sabemos todos muy bien lo catastrófico del fujimorismo, votar por Keiko es “premiar una de las dictaduras más crueles y más corrompidas que hemos tenido en la historia del Perú”. Lo tengo bien claro, no voy a premiar ese pasado, no voy a quedarme sin memoria, no voy votar por Fujimori.
Así se cierra, con miedo dantesco, este políticamente incorrecto Abril